"Cuando alimenté a los pobres me llamaron santo; pero cuando pregunté por qué hay gente pobre me llamaron comunista"
La Congregación para la Causa de los Santos ha remitido una carta a la archidiócesis de Olinda y Recife sobre el proceso de beatificación de Mons. Helder Cámara. Dicha carta, firmada por el cardenal Angelo Amato, es una respuesta a la solicitud de información del arzobispo de Olinda y Recife, Mons. Antonio Fernando Saburido. La Congregación comunica que están “a la espera de la opinión de los diferentes departamentos para poder continuar con el proceso de beatificación”.
La congregación había recibido, en junio de 2014, la solicitud para que se iniciara el proceso diocesano de beatificación de Mons. Helder. Con el “Nihil Obstat” emitido por el Vaticano, a la arquidiócesis de Olinda y Recife se le permitía iniciar el proceso diocesano. El siguiente paso es reconocer sus “virtudes heroicas”. Para ello, una comisión jurídica se reunirá para estudiar los textos publicados en la vida y analizar los testimonios de personas que conocieron al “don de la paz”, como es conocido Mons. Helder.
A continuación, el ponente del caso, nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos, preparará un documento llamado Positio, que recogerá los informes y estudios. Una vez aprobado, el Papa concede el título de Venerable Siervo de Dios. El siguiente paso es la beatificación. Ser beato, o beatificado, significa presentar un modelo de vida a la comunidad y, también, el actuar como intermediario entre los fieles y Dios. Finalmente, para ser proclamado santo es imprescindible un milagro, que debe tener lugar tras la beatificación.
Mons. Helder Cámara fue ordenado sacerdote a los 22 años de edad. Llegó a Río de Janeiro en 1936, cuando tenía 27 años, con la tarea de la crear la Secretaría Nacional de la Acción Católica de Brasil. En diciembre de 1950 presentó el proyecto para crear la Conferencia Episcopal de Brasil. Además de la creación de la CNBB, Mons. Helder es recordado por su actuación en favor de la defensa de la libertad y de los pobres. Durante el período de la dictadura militar en Brasil, ya como arzobispo de Recife y Olinda, Mons. Helder y 17 obispos del nordeste pidieron libertad para el pueblo y la Iglesia. En 1969, criticó la miseria de los campesinos del noreste. En ese momento, se le llamó un demagogo y comunista.
Situaciones similares le llevaron a pronunciar la conocida frase memorial “Cuando doy comida a los pobres, me llaman santo. Cuando pregunto por qué son pobres, me llaman comunista”. Sufrió represalias, como que su casa fuese ametrallada y sus asesores encarcelados y asesinados.
En 1970, cuando su nombre fue propuesto para el Premio Nobel de la Paz, el gobierno brasileño promovió una campaña internacional en contra ya que había denunciado la tortura de presos políticos en Brasil. En el mismo año, los militares llegaron a prohibir a la prensa que mencionaran el nombre del arzobispo de Recife y Olinda.
Dom Helder recibió galardones internacionales como el Martin Luther King (1970), en Estados Unidos, y el Premio Popular de la Paz (1974), en Noruega, por ejemplo. Es autor de 22 libros, la mayoría ensayos y reflexiones sobre el tercer mundo y la Iglesia.
El prelado estuvo al frente de la archidiócesis de Olinda y Recife hasta el día 10 de abril 1985, cuando, a los 75 años de edad, fue sustituido por el arzobispo Mons. José Cardoso Sobrinho. Mons. Helder Cámara murió en su casa de Recife, el 27 de agosto de 1999, debido a una insuficiencia respiratoria. Sus restos están enterrados en la Iglesia Catedral de San Salvador do Mundo, en Olinda.
(ompress)