Mons. Báez y Francisca Ramírez |
Managua, 28 abr (EFE).- La máxima dirigente del movimiento campesino "anticanal" en Nicaragua, Francisca Ramírez, demandó hoy la renuncia del presidente Daniel Ortega por los al menos 42 muertos que dejaron los enfrentamientos violentos acontecidos desde el pasado 18 de abril, que comenzó por una fallida reforma a la seguridad social.
Ramírez, quien se ha convertido en el icono del movimiento campesino que rechaza el proyecto de canal por Nicaragua otorgado a la firma china HKND Group, dijo a Efe que Ortega "no tiene corazón".
Observó que durante el primer régimen sandinista (1979-1990), que también gobernó Ortega, murieron 50.000 nicaragüenses en medio de una guerra civil, y ahora, en tiempo de paz, mueren al menos 42 personas, en su mayoría estudiantes, por protestar por sus derechos.
Esta recia mujer de baja estatura, de rasgos indígenas y con la piel tostada por el sol fue, junto al influyente obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, los principales protagonistas de una peregrinación este sábado, convocada por la Iglesia Católica, denominada "por amor a Nicaragua", en la que participaron miles de personas.
Justo ambos se fundieron en un abrazo en una tarima ubicada en el atrio de la Catedral de Managua, que excitó a los presentes.
Miles de campesinos a bordo de camiones, autobuses y furgonetas llegaron este sábado a Managua para participar en esa peregrinación, con el grito de "¡justicia!" y con bocinazos, pitos y consignas en contra del presidente Ortega.
"Aquí venimos a decir presente, a unirnos al dolor de esas madres que han perdido a sus hijos y a exigir justicia, porque eso es lo que queremos en este país, que haya justicia", dijo Ramírez.
La comitiva, a su ingreso en Managua, fue recibida con aplausos y vítores por parte de numerosos ciudadanos y estudiantes que salieron a las calles para darles una calurosa bienvenida con gritos como "¡el pueblo unido jamás será vencido!".
Los campesinos viajaron desde numerosos puntos del país centroamericano aunque especialmente desde el sureste y norte del territorio nicaragüense.
La mayor parte de los campesinos son originarios del sureste de Nicaragua, una parte de la población que ha sufrido los ataques de grupos de choque del Gobierno, conocidos como "turbas", en conjunto con la Policía Nacional, por oponerse a la ley que permite la construcción del canal interoceánico de la firma china HKND Group, en el sur del territorio.
Esta es la primera vez que los campesinos "anticanal" se manifiestan sin ser obstaculizados por la Policía Nacional, el Ejército de Nicaragua o las "turbas" sandinistas.
Nicaragua atraviesa una crisis que hoy cumple once días, debido a multitudinarias manifestaciones en contra del presidente Ortega, que iniciaron por reclamos a unas medidas de seguridad social y continuaron a pesar de que el mandatario revocó su decisión, debido a las múltiples muertes causadas por la represión.
La población exige la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos, así como de los derechos civiles y de las libertades públicas, entre otros.
Nicaragua vive pendiente del comienzo del diálogo que en próximas fechas, todavía sin especificar, protagonizarán el Gobierno y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), con la Conferencia Episcopal (CEN) como mediadora.
Desde que comenzaron las protestas hace una semana, los enfrentamientos violentos que se produjeron en Nicaragua dejan al menos 42 muertos y un total de 48 desaparecidos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), mientras que otras organizaciones humanitarias incrementan esta cifra hasta las 63 víctimas. EFE