Monseñor Dal Toso: “La primacía de la misión consiste en escuchar la Palabra de Dios”

Bangalore (Agencia Fides) - “No se puede anunciar la Palabra de Dios a menos que primero la aceptemos con un corazón abierto. Por eso, incluso para nosotros hoy, el primer mandamiento es “Escucha Israel”, como hemos escuchado en el Evangelio. “Escucha”, querida asamblea reunida hoy aquí en Bangalore, escucha lo que Dios quiere decirte. Todas nuestras reuniones, consultas y deliberaciones son inútiles si no van precedidas de la escucha de la Palabra de Dios, si no descubrimos la voluntad de Dios, si no nos orientamos a la llamada que dirige a su Iglesia”. Así lo recomendó esta mañana monseñor Giovanni Pietro Dal Toso, Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y Presidente de las Obras Misionales Pontificias, durante la misa que presidió en el simposio dedicado a la Nueva Evangelización, que tiene lugar en Bangalore del 7 al 9 de marzo (ver Fides 6/3/2018; 8/3/2018) organizado por Obras Misionales Pontificias.



El arzobispo subrayó que “la primacía de la misión es escuchar la Palabra de Dios, porque la Iglesia no evangeliza por sí misma, es decir, por su propio esfuerzo. Tampoco evangeliza para compartir su propio mensaje. No. La Iglesia evangeliza porque primero escucha lo que Dios tiene que decir, que es, a su vez, el mensaje que ella anuncia”. Dios nos ha revelado lo que tenía que decirnos en Cristo, así que “debemos mirar a la persona de Cristo cada vez que evangelizamos. Incluso hoy se nos pide que hagamos un acto de fe y que digamos como Santo Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”. Según la tradición, el apóstol Tomás trajo esta profesión de fe aquí a la India y una vez más hoy queremos hacerla nuestra para ser auténticos evangelizadores. Nuestra misión dará frutos en la medida en que se haga eco de la gran “Palabra” que Dios nos ha dirigido en Cristo”. Monseñor Dal Toso hizo además hincapié en la necesidad de reafirmar la importancia de la “centralidad del mensaje de Cristo, tanto en la vida personal como en la comunitaria”.

Recordando el Evangelio del día, aseguró que “el mandamiento de amar a Dios y de amar al prójimo como a uno mismo no es humano sino divino, por lo que necesita una mirada divina para poder realizarlo”, porque solo en Cristo “podemos aprender lo que realmente significa amar”.

En la parte final de la homilía, el arzobispo recordó “cuánto se necesita este amor, especialmente en la soledad del hombre moderno, en la miseria infinita de innumerables personas, en el sufrimiento diario de muchos de nuestros hermanos y hermanas que no tienen pan, que no tienen familia, que no tienen esperanza. Y sabemos que esta necesidad es tan grande que solo un amor divino podrá satisfacerla. El amor humano no es suficiente ... Sin la experiencia recíproca del amor de Dios, no puede haber amor verdadero por uno mismo y por el prójimo, y sin la experiencia tangible de mi amor por el otro, el amor de Dios no se manifiesta”. En este sentido, monseñor Dal Toso mencionó el ejemplo de la Santa Madre Teresa de Calcuta: “¿Podríamos explicar su amor sin la referencia a Cristo? No. ¿Podríamos explicar su experiencia de fe sin pensar en su testimonio de caridad? No. Por eso, el Evangelio que escuchamos hoy nos introduce en el corazón de nuestra pertenencia a Cristo, en el corazón de nuestro bautismo: mirar a Cristo y escucharlo, para poder amar como Él ha amado”.
(SL) (Agencia Fides 9/3/2018)