El desafío de la formación en las nuevas formas de vida consagrada

Del 8 al 10 de junio ha tenido lugar en Roma el IV Encuentro de Nuevas Formas de Vida Consagrada con una numerosa representación internacional (22 países de cinco continentes) y con la asistencia de 39 institutos de derecho pontificio y diocesano y asociaciones. El tema central fue “Abriendo Caminos: La formación en las nuevas formas de vida consagrada”. Estas nuevas formas de consagración, surgidas a partir del siglo XX, comparten rasgos comunes, entre otros, acoger todos los estados de vida y responder a los retos de la nueva evangelización.
En la apertura, el P. Leonello Leidi, CP, Jefe de Oficina de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, transmitió el saludo del Cardenal Prefecto João Braz de Aviz, y expresó que las nuevas formas son una realidad muy viva en la que se ve el latido del Espíritu que no deja de derramar dones a la Iglesia. Intervino también la Presidente de la Fraternidad Misionera Verbum Dei, Lucía Herrerías, manifestando el sentido de ayuda mutua y de crecimiento en la fidelidad al carisma propio. Por último, el Presidente del Instituto Id de Cristo Redentor misioneras y misioneros identes, P. Jesús Fernández, subrayó que cada carisma es una riqueza para todos y que era una gracia contar en el encuentro no solo con algunos superiores generales sino con los mismos fundadores y fundadoras.

El punto de partida de las distintas conferencias fue la definición de formación como “itinerario de progresiva asimilación de los sentimientos de Cristo hacia el Padre” (Vita Consecrata, n. 65). Lourdes Grosso, misionera idente y Directora de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de España, subrayó que la aspiración a la santidad es la síntesis de todo programa formativo y propuso como elementos principales del mismo: la conversión, la comunión, el servicio, la predicación y el carisma.

Por su parte, el P. Friedrich Bechina, miembro de la Familia Espiritual La Obra y subsecretario de la Congregación para la Educación Católica, partió del paralelismo entre el continuo desarrollo de la educación católica a nivel mundial y el crecimiento de las nuevas formas de vida consagrada. Afirmó que éstas pueden ser la respuesta a los desafíos de la sociedad de hoy por el carácter misionero que comparten.


Verónica Ibarra, misionera del Verbum Dei y profesora en el centro San Pedro Favre de la Pontificia Universidad Gregoriana, desarrolló las tres acciones de la formación (educar, formar y acompañar) así como de la figura crucial del formador(a). Enfatizó también la necesidad de complementar la formación común y la formación diferenciada para cada estado de vida.

El P. Amedeo Cencini, profesor de las Pontificias Universidades Salesiana y Gregoriana, propuso la formación como evangelización de la sensibilidad, entendida como verdadera transformación de los propios sentimientos en los de Cristo. De este modo se educan personas libres y maduras, movidas solo por el amor.

Hubo también una mesa redonda sobre la prospectiva futura de las nuevas formas, que se centró sobre todo en los matices que implica el término consagración.

En la Sesión Plenaria, que recogía las conclusiones de los grupos de trabajo, hubo un sentir unánime entre los asistentes por el aporte recibido en este Encuentro sobre el modo y el itinerario de la formación, para que responda a cada carisma y a cada estado de vida.


La clausura del Encuentro fue presidida por S. E. Mons. Octavio Ruiz Arenas, Arzobispo Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, quien agradeció a los participantes por la invitación recibida y exhortó a entender el término novedad como creatividad para responder a las necesidades urgentes de la Iglesia.