San
Salvador, (9 de marzo 2017) - "No a la explotación minera, sí a la vida",
rezaba una de las consignas que representantes de la Iglesia católica,
feligreses y ambientalistas gritaron hoy durante una manifestación para exigir
la prohibición de esta práctica en El Salvador.
Unas
500 personas fueron las protagonistas de esta expresión social que recorrió las
principales calles de San Salvador y que concluyó en la Asamblea Legislativa,
donde el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, entregó al
presidente del Congreso, Guillermo Gallegos, 30.538 firmas de ciudadanos en
contra de la minería.
Julio
Escamilla, de 65 años de edad y feligrés de la Parroquia San Antonio, de la
localidad de Soyapango (este), con un cartel en mano acompañaba la actividad,
la cual catalogó como necesaria "para presionar a los diputados del
Congreso".
"No
es justo que nuestras tierras sean explotadas y maltratadas, por eso es
importante que nosotros nos organicemos y exijamos a los padres de la patria
que aprueben un instrumento que evitará que ajenos vengan a destruir nuestro
medio ambiente", manifestó el salvadoreño.
Escamilla
fue uno de los que aportó su firma para "presionar a los diputados y
darles a entender que el pueblo está unido y no permitirá que los recursos
naturales sean maltratados". En la misma línea, Andrea Marroquín, de 25
años de edad, opinó que "todos debemos cuidar al medio ambiente y pensar
en que lo malo que hagamos hoy podría afectar a las futuras generaciones".
"Los jóvenes debemos pensar en el presente y futuro de nuestro país y
contribuir a evitar la explotación minera es parte de ese compromiso que
debemos asumir", expresó la joven que viajó desde el central departamento
de San Vicente para participar en la marcha, que fue encabezada por el jerarca
de la Iglesia católica.
Previo
a la manifestación, Escobar Alas pidió a los diputados que el tema de la
minería "no se politice de forma partidaria porque es un tema nacional que
atañe el interés de todos". "Hemos dicho que los más afectados en
estos casos son los pobres, por ello, darle un abordaje político partidista a
este anteproyecto sería injusto para nuestro pueblo", insistió el
arzobispo. "No vamos a desistir de esta lucha, que más que justa, es necesaria
(...) es importante darle estabilidad jurídica al país para que no le sigan
faltando el respeto a nuestro pueblo", agregó el religioso.
El
pasado 6 de marzo la Iglesia católica presentó al Congreso un anteproyecto de
ley que contempla once artículos y tiene como objetivo el cese de la minería
para "preservar para las generaciones actuales y futuras la riqueza del
país, incluyendo el agua, los bosques y la biodiversidad". Con esta
acción, la Iglesia se unió al llamado de diversas organizaciones ambientales de
El Salvador que, en reiteradas ocasiones, han pedido eliminar todas las formas
de explotación minera en el territorio.
Según
la ONU, El Salvador tiene el mayor grado de deterioro ambiental en las Américas,
después de Haití, con solo 3 % de bosque natural intacto, con suelos arruinados
por prácticas agrícolas inadecuadas y con más del 90 % de las aguas
superficiales contaminadas.
Un
sondeo de la UCA, realizado en 2015, reveló que 77 % de la población que vive
en los municipios amenazados por la minería metálica exigen al Gobierno de El
Salvador tomar medidas inmediatas para prohibir dicha industria.
(Agencia EFE)