El Papa Francisco recordaba ayer en la audiencia general del miércoles su intenso viaje a Georgia y Azerbaiyán, el encuentro con las comunidades cristianas y con los hermanos ortodoxos. Entre los actos recordó, hizo una mención especial a la celebración eucarística que reunió a los católicos de diversos ritos presentes en Georgia:
“La Misa”, decía el Papa, “con los fieles católicos de Georgia – latinos, armenios, asirio-caldeos – se celebró en memoria de Santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones: ella nos recuerda que la verdadera misión no es nunca proselitismo, sino atracción a Cristo a partir de la fuerte unión con Él en la oración, en la adoración y en la caridad concreta, que es servicio a Jesús, presente en el más pequeño de los hermanos. Es lo que hacen los religiosos y religiosas con los que me he encontrado en Tiflis, y después también en Bakú: lo hacen con la oración y con las obras caritativas y de promoción. Les he animado a ser firmes en la fe, con memoria, valentía y esperanza. Y después están las familias cristianas: ¡qué preciosa es su presencia de acogida, acompañamiento, discernimiento e integración en la comunidad!”.
En la homilía de esa Misa, recordó también pensamientos de la patrona de las misiones: “La joven santa y Doctora de la Iglesia era experta en la «ciencia del Amor», y nos enseña que «la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de virtud que les veamos practicar»; nos recuerda también que «la caridad no debe quedarse encerrada en el fondo del corazón»”.
(OMPRESS, 6-10-2016)