ROMA
(14-04-2016) Hoy, hace 90 años, el Papa Pío XI aprobaba la instauración en toda la
Iglesia del Domingo Mundial de la Propagación de la Fe, el conocido DOMUND. Era
el 14 de abril de 1926. Pío XI, el Papa de las misiones, como se le ha
calificado por su interés en despertar la conciencia misionera, unía esta
decisión suya a muchas otras que dieron un verdadero impulso a las
misiones.
A
las pocas semanas de ser Papa, en 1922, convierte en Pontificias, es decir, las
hace formar parte del corazón de la Iglesia, a la Obra de la Propagación de la
Fe, a la de Infancia Misionera – conocida en aquel entonces como Santa Infancia
– y a la Obra de San Pedro Apóstol del Clero Indígena. Las declara instrumento
principal y oficial de la cooperación misionera de toda la Iglesia. Surgen así
las Obras Misionales Pontificias como las conocemos hoy. Tres años después, en
1925, abre en el Vaticano, en el conocido patio del Belvedere, una espléndida
Exposición Misionera, aprovechando la afluencia de peregrinos al año santo.
Quería promover las vocaciones misioneras, suscitar el interés de los fieles por
los problemas de las Misiones y excitar su generosidad espiritual y
material.
En
febrero de 1926, publica la célebre encíclica Rerum Ecclesiae, en la que
reafirma la importancia y urgencia de los objetivos misioneros programados al
principio de su Pontificado. Antes de terminar ese año, él mismo consagrará a
los seis primeros obispos chinos de la historia. El 14 de diciembre de 1927,
este Papa verdaderamente de las misiones, proclamaba a santa Teresa del Niño
Jesús y de la Santa Faz, patrona de las misiones juntamente con san Francisco
Javier. Dejaba claro, una vez más, que sin la oración y el ofrecimiento, que
tanto había pedido a todos los fieles del mundo, “en vano se cansan los
albañiles”.
La
Jornada Universal de las Misiones la establece el Papa el penúltimo domingo de
octubre convirtiendo en efectivo un gesto que había sorprendido a todos el 4 de
junio de 1922, en su primer año como Papa. Se celebraba el tercer centenario de
la creación de la Congregación Vaticana de Propaganda Fide, la congregación de
las misiones, de la que dependen y forman parte las Obras Misionales
Pontificias. Pío XI, durante la homilía de aquel día, se quitó su blanco solideo
y se lo presentó a los fieles, a los sacerdotes y a los obispos que llenaban San
Pedro para pedir ayuda económica para las misiones.
OMPRESS (Serivicio Misionero de Noticias - España)