Nicaragua: La marcha y la contramarcha

Hoy se realizará en Managua la marcha nacional contra el proyecto del Canal Interoceánico chino en Nicaragua, convocada por el Consejo Nacional por la Defensa de la Tierra, el Lago y la Soberanía Nacional. Esta marcha, que los intentos del Gobierno para sabotearla le han garantizado el éxito desde antes de realizarse, arrancará del kilómetro cuatro y medio de la Carretera Norte, a la altura de las instalaciones del Diario LA PRENSA y culminará en la Avenida Bolívar, enfrente de la Asamblea Nacional.La reacción gubernamental contra la marcha de los ciudadanos que se oponen al proyecto canalero, a lo cual tienen pleno derecho, es injustificada. Y sobre todo es provocadora la convocatoria a una contramarcha oficialista para este mismo día, pues a pesar de que está programada para horas de la tarde podría ser precedida por actos de provocación contra los marchistas opuestos al Canal.En realidad, la contramarcha gubernamental es parte de todo un plan del Gobierno para sabotear la manifestación contra el Canal. Con ese mismo objetivo se amenazó a dueños de medios de transporte para que no trasladen a los marchistas desde sus lugares de origen hasta Managua y se han realizado otras maniobras arbitrarias y represivas.El régimen orteguista no puede justificar una represión directa y sin causa contra la marcha pacífica contra los ciudadanos que no quieren el Canal. Pero eso no significa que no pueda infiltrar provocadores para que instiguen actos de violencia desde dentro de la marcha, a fin de culpar a los opositores e incluso justificar una eventual represión policial focalizada o generalizada. Eso es lo que han hecho y hacen siempre todos los regímenes de corte fascista.Uno de los organizadores de la marcha contra el Canal, el señor Octavio Ortega, denunció por medio de LA PRENSA que en algunos lugares de donde vendrán los campesinos para participar en la marcha contra el Canal, organismos de base del partido gobernante distribuyeron machetes a sus simpatizantes “para infiltrarlos a la marcha y que armen alborotos para que nos repriman”. También se pudo conocer que en algunos barrios populares de Managua, activistas de organismos oficialistas reunieron a jóvenes desocupados para ofrecerles empleo y salarios temporales con motivo de las próximas fiestas de diciembre. Pero sospechosamente los citaron a reunirse hoy en lugares estratégicos de las entradas a Managua, temprano en la mañana, quizás para hostigar a los marchistas que entren a la ciudad procedentes del interior del país.De manera que ha sido oportuno el llamado a las personas que van a marchar hoy en Managua contra el Canal, que hizo el domingo pasado el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio Báez Ortega, de que marchen pacíficamente y eviten provocaciones de violencia. Para lo cual, agregamos nosotros, los organizadores de la marcha deben de crear brigadas cívicas de orden con autoridad y capacidad suficiente para neutralizar a los posibles provocadores orteguistas.
Manifestarse pacíficamente contra el proyecto del Canal Interoceánico, o por cualquier otro motivo legítimo, es un derecho humano y constitucional de todos los ciudadanos nicaragüenses, como muy bien lo precisó el obispo Báez Ortega. Y el Gobierno no tiene ninguna razón para impedir esa marcha, ni para sabotearla y mucho menos para reprimir de cualquier manera a los marchistas.


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