Dos católicos de Ciudad Barrios creen que las confusiones y prejuicios alrededor de la figura del próximo beato se deben a que solo se le conoce de oídas.
Aunque entre el clero hay entusiasmo, la próxima beatificación de Óscar Arnulfo Romero parece no entusiasmar a todos los católicos ni a todos los salvadoreños.
Celina Monroy y Nelson Guandique, feligreses activos de la parroquia San Pedro Apóstol de Ciudad Barrios, creen saber la razón del desánimo y hasta indiferencia de algunos.
"No podemos amar lo que no conocemos", afirma Monroy, quien es presidenta del consejo parroquial.
Por eso recomienda leer el diario del obispo, sus homilías y otros de sus escritos.
"Por eso nos pasa las del perro", afirma en alusión a la historia en la que un perro ve un una liebre y la persigue. Ladra, corre y otros se le unen en la persecución. Al final, todos desisten y solo el primer perro alcanza a la liebre. "¿Por qué? Porque solo él sabía a quién perseguía", explica Monroy. Por eso ella recomienda "leer para poder opinar".
Ella asegura que ya había leído algunos libros sobre el obispo, pero últimamente los ha releído. Uno de ellos es "Piezas para un retrato", una recopilación de anécdotas de Romero escritas por monseñor Jesús Delgado.
"En esa espiritualidad de monseñor Romero hay cosas bien interesantes", asegura.
Otro parroquiano de San Pedro Apóstol que piensa como ella es Nelson Guandique, quien dirige uno de los grupos que canta durante las misas.
Él cree que se debe ver a Romero desde una perspectiva religiosa: "Él es un pastor, un sacerdote, un obispo".
Por ello también recomienda: "Leamos su diario, ahí está la esencia de quién es él. Tal vez no puede uno respetar, querer o tratar de seguir a alguien que no conoce. Pero si uno lee sobre él, aprende sobre su vida, entonces ya uno tiene una idea diferente: que él es un ejemplo a seguir como persona".
Para leer "Día a día con Monseñor Romero" >>
Aunque entre el clero hay entusiasmo, la próxima beatificación de Óscar Arnulfo Romero parece no entusiasmar a todos los católicos ni a todos los salvadoreños.
Celina Monroy y Nelson Guandique, feligreses activos de la parroquia San Pedro Apóstol de Ciudad Barrios, creen saber la razón del desánimo y hasta indiferencia de algunos.
"No podemos amar lo que no conocemos", afirma Monroy, quien es presidenta del consejo parroquial.
Por eso recomienda leer el diario del obispo, sus homilías y otros de sus escritos.
"Por eso nos pasa las del perro", afirma en alusión a la historia en la que un perro ve un una liebre y la persigue. Ladra, corre y otros se le unen en la persecución. Al final, todos desisten y solo el primer perro alcanza a la liebre. "¿Por qué? Porque solo él sabía a quién perseguía", explica Monroy. Por eso ella recomienda "leer para poder opinar".
Ella asegura que ya había leído algunos libros sobre el obispo, pero últimamente los ha releído. Uno de ellos es "Piezas para un retrato", una recopilación de anécdotas de Romero escritas por monseñor Jesús Delgado.
"En esa espiritualidad de monseñor Romero hay cosas bien interesantes", asegura.
Otro parroquiano de San Pedro Apóstol que piensa como ella es Nelson Guandique, quien dirige uno de los grupos que canta durante las misas.
Él cree que se debe ver a Romero desde una perspectiva religiosa: "Él es un pastor, un sacerdote, un obispo".
Por ello también recomienda: "Leamos su diario, ahí está la esencia de quién es él. Tal vez no puede uno respetar, querer o tratar de seguir a alguien que no conoce. Pero si uno lee sobre él, aprende sobre su vida, entonces ya uno tiene una idea diferente: que él es un ejemplo a seguir como persona".
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