Miles de fieles se sumaron este sábado a la Peregrinación de la Luz desde la Plaza del Salvador de Mundo, en la capital salvadoreña, hasta la Catedral Metropolitana, con motivo del aniversario del asesinato de Monseñor Óscar Romero, que será beatificado en la misma plaza el próximo 23 de mayo.
Con motivo de la proximidad de la fecha del trigésimo quinto aniversario de su muerte, los salvadoreños rinden homenaje a lo largo de todo el mes al arzobispo mártir Óscar Romero, que fue asesinado el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de enfermos de cáncer Divina providencia.
Entre los homenajes que se le hicieron, la Procesión de la Luz, organizada por varias Comunidades Católicas de El Salvador, es uno de los más llamativos, ya que los asistentes portan estandartes y velas que iluminan el recorrido y banderas de diferentes países desde los que llegaron los fieles católicos.
A la celebración de la marcha de la luz acudieron representantes de comunidades católicas de Costa Rica, Nicaragua y Honduras, entre otras.
La Procesión de la Luz finalizó con la celebración de una eucaristía oficiada por el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, en el exterior de la Catedral Metropolitana de San Salvador, seguida de una vigilia en la que parte de los participantes en la marcha se quedarán a pasar la noche.
Minutos antes de la celebración de la eucaristía, el Obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, explicó que “lo que estamos viviendo es algo nunca visto hasta hoy en El Salvador, porque en otros homenajes no teníamos fecha para la beatificación y hoy sí y eso nos hace emocionarnos y sentir de otra forma”.
Agregó que la procesión de hoy “es un ensayo de lo que va a ocurrir en la plaza del Divino El Salvador del Mundo el día 23 de mayo, donde habrá más de mil sacerdotes y unos 200 obispos”.
El religioso explicó que con Romero “pasa una cosa curiosa y es que cuanto más tiempo pasa, más gente se entusiasma con él, más gente lo sigue, más gente lo ama, mas gente se emociona con su historia, con su figura”.
Durante la eucaristía, el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar elogió la condición de mártir de Monseñor Óscar Arnulfo Romero y aseguró que “los mártires están con Dios e interceden por nosotros”.
Explicó que en la Iglesia “el mártir es aquel que da pleno testimonio de su fe, es la primera manifestación de veneración a los santos”.
“Este momento es dichoso para nosotros porque estamos celebrando la memoria de nuestro mártir Monseñor Romero en el día de su nacimiento al cielo”, agregó el Arzobispo de San Salvador.
Destacó que la memoria de Romero “ha sido conservada por el pueblo y transmitida por organizaciones como la Fundación Romero que lo han dado a conocer al mundo, en especial a los salvadoreños”.
El Arzobispo agradeció “las enseñanzas de la población, porque con ustedes he aprendido mucho de Monseñor Romero, igual que lo aprendieron muchas otras personas”.
Durante la eucaristía una ayudante del oficio presentó al Señor la partida de nacimiento y fe de bautismo de Romero, la mitra con el lema “sentir con la Iglesia”, la cruz con el lienzo rojo y el vino y el pan “que iban a ser bendecidos antes de que asesinaran al mártir”.
Con motivo de la proximidad de la fecha del trigésimo quinto aniversario de su muerte, los salvadoreños rinden homenaje a lo largo de todo el mes al arzobispo mártir Óscar Romero, que fue asesinado el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la capilla del hospital de enfermos de cáncer Divina providencia.
Entre los homenajes que se le hicieron, la Procesión de la Luz, organizada por varias Comunidades Católicas de El Salvador, es uno de los más llamativos, ya que los asistentes portan estandartes y velas que iluminan el recorrido y banderas de diferentes países desde los que llegaron los fieles católicos.
A la celebración de la marcha de la luz acudieron representantes de comunidades católicas de Costa Rica, Nicaragua y Honduras, entre otras.
La Procesión de la Luz finalizó con la celebración de una eucaristía oficiada por el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, en el exterior de la Catedral Metropolitana de San Salvador, seguida de una vigilia en la que parte de los participantes en la marcha se quedarán a pasar la noche.
Minutos antes de la celebración de la eucaristía, el Obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, explicó que “lo que estamos viviendo es algo nunca visto hasta hoy en El Salvador, porque en otros homenajes no teníamos fecha para la beatificación y hoy sí y eso nos hace emocionarnos y sentir de otra forma”.
Agregó que la procesión de hoy “es un ensayo de lo que va a ocurrir en la plaza del Divino El Salvador del Mundo el día 23 de mayo, donde habrá más de mil sacerdotes y unos 200 obispos”.
El religioso explicó que con Romero “pasa una cosa curiosa y es que cuanto más tiempo pasa, más gente se entusiasma con él, más gente lo sigue, más gente lo ama, mas gente se emociona con su historia, con su figura”.
Durante la eucaristía, el Arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar elogió la condición de mártir de Monseñor Óscar Arnulfo Romero y aseguró que “los mártires están con Dios e interceden por nosotros”.
Explicó que en la Iglesia “el mártir es aquel que da pleno testimonio de su fe, es la primera manifestación de veneración a los santos”.
“Este momento es dichoso para nosotros porque estamos celebrando la memoria de nuestro mártir Monseñor Romero en el día de su nacimiento al cielo”, agregó el Arzobispo de San Salvador.
Destacó que la memoria de Romero “ha sido conservada por el pueblo y transmitida por organizaciones como la Fundación Romero que lo han dado a conocer al mundo, en especial a los salvadoreños”.
El Arzobispo agradeció “las enseñanzas de la población, porque con ustedes he aprendido mucho de Monseñor Romero, igual que lo aprendieron muchas otras personas”.
Durante la eucaristía una ayudante del oficio presentó al Señor la partida de nacimiento y fe de bautismo de Romero, la mitra con el lema “sentir con la Iglesia”, la cruz con el lienzo rojo y el vino y el pan “que iban a ser bendecidos antes de que asesinaran al mártir”.